Este finde nos fuimos de retiro a la localidad de Arenas Verdes, muy cerquita de Necochea.

Este retiro se venía gestando hace mucho tiempo, primero en mi mente y de a poco se fueron dando las condiciones para que finalmente nos pudiéramos encontrar.

Les cuento esto porque a veces nuestros tiempos no son los que están previstos por el universo y en el fondo a mí me generaba mucho malestar que no fuera como yo quería.

Había hecho varios intentos junto a otros profes, pero ese retiro tan anhelado no llegaba a concretarse.

Forzaba una y otra vez la situación sin ningún resultado.

Lo que no entendía en ese momento es que Dios, o esta fuerza creadora que nos une, me estaba preparando para lo que iba a venir, que todas las tristezas o broncas que sentía tenían una razón y que realmente mis pedidos eran escuchados.

Hace 7 años nos fuimos de vacaciones con mi compañero a Arenas Verdes y ahí se empezaron a tejer los hilos de este retiro.

Nos enteramos que iban a hacer una meditación en la playa y cuando fuimos a preguntar, entre charla y charla le cuento a Daniel que la estaba organizando, que era profe de yoga y me invitó a dar una clase antes de la meditación.

Volvimos varias veces y cada vez me gustaba más la tranquilidad de este lugar, sus playas extensas, la calidez de la gente, las noches repletas de estrellas y silencios.

Y en este verano surgió las ganas de volver, con mucha fuerza y por esas causalidades reservamos en unas cabañas nuevas y para mi sorpresa cuando llegamos nos encontramos con Daniel.

Y ahí todo se manifestó, las cabañas bellísimas, las ganas nuevamente de compartir mi práctica en un retiro.

Le pregunto entonces si había alguna posibilidad de hacer un retiro en su lugar y me dice que hace rato que venía pensando en esa idea, que felicidad sentí en ese momento.

De a poco entendí que los tiempos son perfectos y que si ponemos toda nuestra energía en acción compartiendo lo mejor que tenemos, todo lo que nos está destinado llega y nos abraza y nos llena por completo.

Y así este finde compartí junto a gente muy querida este retiro lleno de amor, risas, lágrimas, silencio, inmensamente agradecida.

Por eso los invito a disfrutar de esta travesía, porque todo lo que anhelamos ya está por llegar,  Namasté!